lunes, 27 de octubre de 2008

Conflicto en Sudan







A comienzos del 2003, los soldados del gobierno sudanés y el Janjaweed (milicia étnica por poderes) han luchado contra grupos rebeldes en la región del oeste de Darfur.
El Janjaweed y el gobierno tenían una estrategia que se basaba en llevar a cabo asaltos sistemáticos contra civiles de los mismo grupos étnicos que los rebeldes (los Fur, Zaghawa y Masaalit). Algunos ataques contra civiles fueron provocados por las fuerzas rebeldes, pero la mayoría de los actos de violencia fueron cometidos por el gobierno sudanés y el Janjaweed.
Centenares de miles de civiles han muerto a causa de la violencia, enfermedad, inanición, comida, agua, asistencia sanitaria y falta de refugio; y miles de mujeres han sido violadas. Varios civiles han sido forzados a irse de sus casas, sus pueblos han sido quemados y sus propiedades fueron robadas. Más de 200.000 sudaneses se han escapado al país vecino de Chad, pero la mayoría están atrapados dentro de Darfur.
Darfur tiene más de 30 grupos étnicos, todos africanos y todos musulmanes. El Janjaweed es una milicia reclutada, armada, entrenada y está apoyada por el gobierno sudanés; estos usan comentarios racistas mientras atacan y violan a las víctimas, que no son considerados árabes. La base étnica y racial de la violencia ha sido documentada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, las Naciones Unidas, organizaciones independientes de los Derechos Humanos y periodistas internacionales.
En el 2004 fue declarada una emergencia de genocidio en Darfur a través del Museo del Holocausto de los Estados Unidos, a causa de evidencia: “actos de genocidio u otros crímenes contra la humanidad estaban ocurriendo o eran inminentes”. Ese mismo año el gobierno de Estados Unidos determinó que el genocidio había sido cometido en Darfur y en enero de 2005, la comisión de Investigación de las Naciones Unidas concluyó que “crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad habían sido cometidos en Darfur y que podrían ser tan graves y atroces más que el genocidio”. El número de víctimas mortales superaban las 300.000 personas y vidas de centenares más estaban dudosas.
En el 2007 la situación continuaba deteriorándose. Informes sobre nuevos ataques contra civiles fueron nuevamente desplazados. La disminución del acceso a la asistencia humanitaria y un aumento en las retiradas de ayuda humanitaria en diciembre de 2006 contribuyen a un sombrío futuro para Darfur. Según Jan Egeland, el ex jefe de las operaciones humanitarias de las Naciones Unidas, un escenario como este resulta una pérdida de vidas en exceso de 100.000 víctimas por mes.
A fines de enero de ese año, una misión de evaluación de las Naciones Unidas visitó Chad para evaluar las posibilidades de desplegar las operaciones de paz de las Naciones Unidas para contener la violencia creciente que estaba viniendo de Sudan.
Ha habido poco avance hacia la creación de una fuerza de paz de las Naciones Unidas en Darfur; declaraciones del gobierno sudanés muestran que las tropas de las Naciones Unidas no son bienvenidas. A partir de principios de abril, cinco tropas de la Unión africana han muerto.

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